El Regalo

El regalo es un elemento de la vida cotidiana, tan integrado en ella que quizás se nos escapa la importancia que tiene y la profundidad humana que saca a la luz. Vamos a verlo empezando por los sentimientos que despierta en nosotros. El primero y más notorio es la alegría. El regalo está unido a la alegría. Esto bastaría ya para indicarnos que estamos tocando la fuente de algo importante: la presencia de la alegría ¿no señala que estamos ante algo vital, ante algo relacionado con la vida? La alegría es un sentimiento que indica que algo positivo nos está sucediendo, que algo bueno le ocurre a nuestra vida. La alegría marca con su presencia todo lo experimentado como positivo, sea relacionado con la vida física, sea moral, sean expectativas que se cumplen o esperanzas que se abren, etc. Que la alegría este ligada al regalo nos indica que experimentamos el regalo como algo hondamente positivo.

 

>El regalo está también ligado a la sorpresa, el regalo debe ser una sorpresa y es  este un aspecto que se cuida siempre, hasta esa tradición de achacar a los Reyes Magos (o a toda una serie de personajes), un momento especial de regalo: es misterio hasta el origen del regalo. En cualquier caso la sorpresa del regalo es algo que rompe la monotonía, que introduce un elemento de novedad en la vida, tan avariciosa normalmente en mostrar un aspecto diferente. Regalo y novedad van ligados. El regalo es algo nuevo, creativo en nuestra vida, por eso todos los quebraderos de cabeza al hacer un regalo: debe ser algo diferente, algo que no se espere, pero que acierte, algo que se aparte de lo ordinario. Es curioso, la novedad es difícil, supone en cierto modo salirse de las leyes de lo necesario, de lo que se da obligatoriamente, es por eso un producto de la libertad. La libertad es la que es capaz de inventar, de crear lo nuevo. El regalo conecta con esta fuente.

El regalo no se encuentra cómodo con una mentalidad materialista de nuestra cultura. El regalo es gratis, es dar algo a cambio de “nada”. Bueno, este “nada”, como se puede comprender, se refiere a bienes económicos: no se da un regalo para que se pague en dinero o de otro modo.

De todos modos no hace falta ser muy materialista para darse cuenta de que nadie da algo a cambio de “nada” en absoluto. Entonces ¿a cambio de qué “algo” se da un regalo? La primera impresión al recibir un regalo es: “alguien se acuerda de mí!” (poniendo el énfasis en el “mí”), es decir, me valora a mí, al sujeto que recibe el regalo. El regalo se dirige directamente a la persona, valora la persona, es decir con un regalo se da “algo” a cambio de una valoración de la persona. En síntesis el regalo dice: “es bueno que tu existas” (Piepper). Esto explica porque el cumpleaños es un día para hacer regalos. El cumpleaños es un día para ser celebrado especialmente, porque está ligado a la valoración del otro, a su misma existencia: es el día en que ha aparecido a la vida, un día para el agradecimiento; agradezco que existas: ¡es bueno que tu existas! Esto explica también los regalos entre las personas que se quieren: el regalo expresa que quieren valorar que el otro está ahí.

 

Esto nos lleva a un aspecto nuevo: el regalo está ligado al agradecimiento. Gratis y agradeci­miento (dar las gracias) son palabras que están etimológicamente y en la realidad diaria ligadas. El regalo expresa agradecimiento, simplemente porque tú existes o por lo que haces por mí. Esta última es la segunda y clara motivación del regalo: expresar el agradecimiento por algo que has hecho por mí, y que considero que no te puedo pagar. Puede ser que sea un servicio o prestación que se paga, en tal caso con el regalo queremos agradecer algo que esa persona ha hecho y que consideramos no iba incluido en el pago realizado.

Para abrir boca sobre el regalo me parece que con esto es suficiente, pero seguiremos con el tema, porque tiene indudablemente peso en nuestras relaciones y en nuestra afectividad.

 

Artículo cortesía de:  de antonioesquivias.wordpress.com

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